Tú mujer, ¿te encuentras en una relación tóxica: obsesiva, paranoica?

El amor tóxico es esa relación de pareja dependiente, donde la felicidad o estado de ánimo depende de la otra persona, es esa relación hostigante, porque alguno de los dos demanda atención 24/7, es donde reinan los celos enfermizos, la falta de confianza, las peleas y los maltratos verbales (y hasta físicos). Este tipo de relación se vuelve una pesadilla, ya seas tú la tóxica o sea tu pareja el que lleva las situaciones a este extremo, es totalmente insana, pero no te dejo. No te dejo porque te amo, te amo y te odio, no soy feliz contigo pero tampoco sin ti. Aquí comparto la opinión de Walter Riso cuando dice que, el amor mal llevado, debería ser considerado un tema de salud pública, porque enferma, genera mucho sufrimiento, ansiedad, depresión, afecta tu salud mental y hasta tu salud física.

¿Por qué ocurre esto? Tenemos la mala definición de que lo bueno cuesta, que lo sufrido vale más, nos volvemos mártires y creemos que así es el amor. Que debemos sufrir para algún día llegar a la tan anhelada felicidad, existe la creencia de que el amor debe ser idílico, romántico, un amor de novela, un amor que todo lo puede. Por ejemplo la historia de Romeo y Julieta, que por cierto es un drama de principio a fin, llena de obstáculos y ambos mueren por amor. Pero creemos que de eso se trata. Además de esto, muchas personas hacen de su relación amorosa todo en su vida, prácticamente son su relación, eso las define.

La solución a todo esto es más sencilla de lo que creemos, es ser realistas, primero entender que la vida es mucho más que tu pareja, tu relación no te define, tu vida no puede girar en torno a nadie. Tú eres mucho mas, eres una persona con metas y sueños por cumplir. Por otra parte comprender que el amor tiene sus límites, no tienes que soportar una situación que te hace daño en nombre del amor, el amor no tiene que ser una carrera de obstáculos, el amor debe dar paz, puede ser sencillo, sin dramas, sin problemas, si se puede, aunque todas las novelas vengan cargadas de drama, la vida real puede y debe ser mucho más sencilla, porque nacimos para ser felices. Vamos amar con inteligencia, cayendo en la realidad, dejando atrás esas viejas creencias y esquemas del amor, y entendiendo que el amor debe ser independiente, libre, amemos sanamente, sin querer cambiar al otro, aceptando su individualidad. Tengamos relaciones sana, una relación sana es la que viene a complementar tu ya existente felicidad.

El sufrimiento y ser mártir no te hacen heroína, tu naciste para ser feliz y sentirte bien. Me despido recordándote que el amor no tiene que doler. Y no importa cuánto te amen sino como te amen.